HABLEMOS DE DISCAPACIDAD INTELECTUAL Cecilia González
Para comenzar, debemos conceptualizar de qué hablamos cuando nos referimos
a Discapacidad,la RAE en este sentido no da un concepto muy claro y además es
bastante desactualizado teniendo en cuenta los nuevos estudios, formas de ver y
trabajar con ella, dice:
“discapacidad”
1. f. Condición de discapacitado. Percibe una prestación por su
discapacidad.
2. f. Manifestación de una discapacidad. Personas con discapacidades en
las extremidades.
Teniendo en cuenta los tiempos que corren en donde se intenta incluir y no etiquetar
a las personas, es indispensable que se trabaje sobre aquellas que viven con
alguna discapacidad, ya desde hace algún tiempo y gracias principalmente al
trabajo silencioso, pero permanente de los padres, no se acepta el término “retraso
mental” ya que posee un carácter peyorativo que subraya lo negativo.
El término ha sido sustituido por el de “discapacidad intelectual” que no define ni
condena irreversiblemente a la persona, sino que nos alerta hacia una situación o
estado especial evolucionable, cargado de luces y sombras, que exige, eso sí, una
atención también especial para limitar problemas y potenciar capacidades.
Para llegar a esta definición más concreta, hemos seguido estrechamente los
conceptos elaborados por el Comité Técnico sobre Terminología y Clasificación de
la American Association on Intellectual and Developmental Disabilities (AAIDD,
anteriormente AAMR), tal como quedaron expuestos en su libro Discapacidad
Intelectual, 11ª edición (Alianza Editorial, Madrid 2011).
La definición de discapacidad intelectual antes citada es una definición operativa,
imprescindible en tareas relacionadas con el diagnóstico y la clasificación. Pero la
realidad de la persona exige mucho más, se necesita una definición constitutiva de
discapacidad intelectual que haga referencia, no a una condición interna sino a un
estado de funcionamiento, que es algo vivo y complejo; esta definición constitutiva
se expresa en términos de limitaciones en el funcionamiento humano, conceptualiza
la discapacidad desde una perspectiva ecológica y multidimensional, y subraya el
papel fundamental que los apoyos individualizados desempeñan en la mejora del
funcionamiento humano.
¿Cómo se identifica la discapacidad intelectual?
.La capacidad intelectual: La inteligencia se considera como la capacidad mental
general que comprende las siguientes funciones (Luckasson y col., 2002):
● Razonamiento
● Planificación
● Solución de problemas
● Pensamiento abstracto
● Comprensión de ideas complejas
● Aprendizaje con rapidez
● Aprendizaje a partir de la experiencia
Se trata de una amplia y profunda capacidad para comprender nuestro entorno e
interactuar con él. El concepto de inteligencia representa un intento de clarificar,
organizar y explicar el hecho de que los individuos difieran en su habilidad para
comprender ideas complejas, adaptarse eficazmente a los contextos, aprender de la
experiencia, emplear varias formas de razonamiento y superar obstáculos mediante
el pensamiento y la comunicación.
La evaluación de este funcionamiento intelectual es un aspecto crucial para
diagnosticar la discapacidad intelectual, y ha de ser realizada por personas con
amplia experiencia y cualificación
Características
Estas personas presentan deficiencias en la adaptación al medio, necesitando de
ayudas en una o más dimensiones del funcionamiento humano para que su vida
cotidiana no se vea limitada en su autonomía personal y participación social. Sin
embargo, esta no es un categoría totalmente homogénea, y es por eso que se han
establecido diferentes tipos de discapacidad intelectual según el grado en el que se
alejan de la media.
se ha considerado la existencia de varios grupos, tipos o grados de discapacidad
intelectual.
Leve: Las personas con este grado de discapacidad intelectual tienen
principalmente un retraso en el campo cognitivo y una leve afectación en el
sensoriomotor. Las capacidades de aprendizaje están ligeramente atrasadas, pero
pueden permanecer en el sistema educativo, formarse y ejercer una actividad
profesional adecuadamente. Son capaces de leer, escribir y realizar cálculos, si bien
suelen requerir un periodo de aprendizaje más largo que otros. De hecho, es posible
que durante preescolar no se observen grandes diferencias con sus semejantes. Se
trata de personas autónomas en su mayoría, precisando de orientación social en
situaciones concretas, y ayuda en temas legales, económicos o la crianza de hijos.
Si bien necesitan de apoyos, su adaptación al medio es normalmente satisfactoria.
Moderado: Las habilidades conceptuales de estos sujetos se desarrollan con
gran lentitud, habiendo una gran diferencia con respecto al grupo de iguales. Suelen
necesitar ayuda cuando las tareas a llevar a cabo exijan procesar conceptos
complejos. Su comunicación es eficiente en lo social, aunque poco compleja. El
sujeto es capaz de establecer relaciones con el entorno y hacer nuevos vínculos con
personas ajenas a la familia.
Grave: A nivel conceptual las habilidades de las personas que padecen este
grado de discapacidad intelectual son reducidas, teniendo poca comprensión de la
lectura y conceptos numéricos. Comunicacionalmente el lenguaje es posible pero
está limitado, centrándose en el presente y siendo frecuente que emplean
holofrases o palabras sueltas. Comprenden comunicación gestual y oral sencilla,
siendo la relación con seres queridos fuente de alegría. Pueden aprender a hablar y
realizar tareas simples. Su adaptación a la comunidad puede ser buena a menos
que tengan alguna otra discapacidad asociada.
Profunda: En su mayoría tienen grandes dificultades y otras discapacidades
graves, así como grandes problemas neurológicos. A nivel conceptual estas
personas emplean tienen en cuenta principalmente conceptos físicos, padeciendo
graves dificultades para emplear procesos simbólicos. El uso de objetos para el
autocuidado, trabajo o ocio es posible pero es frecuente que otras alteraciones
impidan darles un uso funcional. A nivel sensoriomotor están muy limitados, así
como a nivel comunicativo. En lo que se refiere al ámbito comunicacional y social
pueden llegar a comprender instrucciones y gestos, pero tienen que ser sencillos y
directos.el sujeto tendrá dependencia para la mayor parte de actividades, aunque
pueden ayudar en algunas actividades, posibilitando que participen en la vida
cotidiana del hogar y la sociedad.
Algunos síndromes que se consideran dentro de las discapacidades
intelectuales:
1. Síndrome del maullido del gato
2. Síndrome Epiléptico en niñas con discapacidad intelectual
3. Síndrome de Rett
4. Síndrome de Dravet
5. Síndrome de Prader-Willi
6. Síndrome de Down
7. Autismo
8. Síndrome de Asperger
9. Síndrome X frágil o Síndrome de Martin y Bell
10. Fenilcetonuria
11. Alzheimer
¿Qué ocurre en la escuela?
Aunque sea un repertorio de habilidades limitado, los alumnos con discapacidad
intelectual tienen sus propias estrategias para ser entendidos y para comunicarse.
Durante la etapa escolar, los niños con una discapacidad intelectual
probablemente necesiten ayuda. Algunos niños tienen ayudantes que se quedan
con ellos a lo largo del día escolar. Tal vez estén en clases especiales o reciban
otros servicios que los ayuden a aprender y desarrollarse.
Una persona con una discapacidad intelectual debe recibir ayuda para aprender
las "aptitudes para la vida". Las aptitudes para la vida son las habilidades que una
persona necesita para cuidarse a sí misma a medida que crece, como cocinar una
comida o tomar un transporte público para ir a trabajar. Los adultos con
discapacidades intelectuales suelen tener trabajos y aprenden a vivir de manera
independiente o en un hogar compartido.
*Algunas Estrategias generales para trabajar con un alumno con Discapacidad
Intelectual son:
1) Dividir los conceptos difíciles en conceptos más simples.
2) Comunicarse mediante frases sencillas y repetir las ideas importantes.
3) Buscar oportunidades de que los alumnos trabajen en grupos pequeños.
4) Establecer una rutina en el aula en la que los alumnos se sientan en
confianza para participar.
5) Ser positivo, no tener miedo a la la interacción con el alumno
6) Siempre, brindar una sonrisa.
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